INTRODUCCIÓN 

La Didáctica es ciencia teórico-práctica porque si trata en esencia del qué, cómo y cuándo enseñar para que el alumno se forme educativamente a través del aprendizaje, lo didáctico supone necesariamente lo práctico, y la intervención en la práctica exige lo tecnológico y lo artístico, todo ello guiado y orientado por los principios y las normas de una buena teoría y los fines de la educación.

El conocimiento didáctico y, en concreto, el conocimiento sobre la teoría y práctica de la enseñanza es una parte esencial como base para la formación de los futuros docentes. La didáctica avanza aportando nuevas aproximaciones para transformar las experiencias de clase en experiencias significativas y ricas que permitan alcanzar a todo el alumnado que asiste actualmente a los centros escolares.




1.3 LA DIDÁCTICA, ENTRE TEORÍA Y LA PRÁCTICA 


No hay nada tan práctico como una buena teoría, si bien hay que tener la práctica de saber qué teoría hay que escoger (Poincaré).

Cuando la teoría sirve poco para la práctica, no es por culpa de la teoría, sino precisamente porque no hay suficiente teoría (Kant)

La práctica es la mejor maestra. (Cicerón)


Siendo la enseñanza a la vez una actividad práctica y una "ciencia práctica", se tratará de combinar adecuadamente el saber didáctico –la teoría– con el hacer didáctico –la práctica– que consiste en la realización del acto didáctico. Para Titone (1976), Didáctica es una ciencia práctico-poyética, una teoría de la praxis docente. Se puede también considerar a la teoría de la enseñanza como una teoría–práctica.

El valor de la práctica de la enseñanza es muy grande. La práctica se halla omnipresente tanto en las actividades de los alumnos como en las de los profesores. Desde Dewey se destaca el papel de la experiencia: aprendemos por experiencia. Y también enseñamos por experiencia. El peligro es la rutina y la solución puede estar en la reflexión individual y colectiva.

La teoría necesita de la práctica porque es en ella donde se revalida, y la práctica de la teoría para ser científica, tecnológica e incluso artística. Sin embargo, la postura tradicional ha sido, y aún sigue siendo, la falta de correspondencia entre una y otra, pues así lo manifiestan los alumnos cuando regresan de las prácticas, constatándose lo que dicen Carr, W. y Kemmis, S."la práctica es lo particular y lo urgente, es lo que hacen los maestros cuando se enfrentan a las tareas y a las exigencias que se le plantean en su trabajo cotidiano. La teoría, en diametral contraste con lo anterior, es intemporal y universal, es lo que elaboran los investigadores por medio de un prudente proceso de indagación". Estos mismos autores dicen que los que se dedican a la "práctica" de la educación deben poseer alguna "teoría" previa de la educación que estructure sus actividades y guíe sus decisiones, afirmando que "las creencias simétricas de que todo lo teórico es no práctico y todo lo práctico es no teórico son, por tanto, completamente erróneas" y que "la incomunicación entre teoría y práctica se produce sólo cuando el lenguaje de la teoría educativa no es el mismo que el de la práctica educativa".

Es necesario mejorar la eficacia de la teoría, que debe ser fuente de principios y normas que guíen la práctica eficaz y los medios para conseguirla, como establece el enfoque positivista, junto a la utilización, como es lógico, del juicio práctico del que actúa en la práctica, propio del enfoque interpretativo. Todo ello contribuirá a reducir distancias entre la teoría y la práctica, objetivo que debe ser prioritario en una teoría que realmente aspire a conseguir el fin para el que se elabora. Tal es el de la explicación, interpretación, comprensión, orientación, transformación de la práctica, para que, realmente, sea educativa.




Es ya un tópico decir que no hay mejor práctica que una buena teoría, como decían Kurt Lewin y Henri Poincaré. También es frecuente oír que alguien diga: "Esto estará muy bien en teoría, pero en la práctica, no funciona". Si una teoría no sirve para explicar la realidad práctica, entonces es que se trata de una mala teoría. Ciertamente, se puede ser un buen teórico y al mismo tiempo un práctico deficiente, de la misma manera que también puede ocurrir lo contrario. En la enseñanza, el pensamiento y las prácticas de los profesores están obteniendo en este momento la máxima atención de los investigadores. Poco valorado por los mismos interesados, hoy sabemos que es una fuente de conocimiento profesional de primera mano muy valiosa.

Separar la teoría de la práctica tiene como consecuencia la consideración separada de los roles y la distinta valoración, así como la consiguiente jerarquización entre los teóricos y los prácticos. Es por esta razón que los prácticos desconfían de los teóricos que ni les resuelven los problemas, y además se presentan ante ellos como unos "expertos" que sin tenerles en cuenta van a decirles lo que deben hacer. La desconfianza se convierte en una sensación incómoda e incluso amenazadora cuando se presentan revestidos de una autoridad académica, social e incluso política. En cambio, cuando se ve con una proximidad o un estatus socioeconómico similar, cuando el lenguaje utilizado deja de ser esotérico y no se presentan revestidos de autoridad, los teóricos podrían trabajar junto con los prácticos en una labor de reflexión y de investigación cooperativa fructífera para todos. Mejorando la práctica.

Grundy (1987, 115-116) considera la actividad de desarrollo del currículum como una forma de praxis o acción práctica según los principios siguientes:

a. Los elementos constitutivos de la praxis son la acción y la reflexión.

b. La praxis tiene lugar en el mundo real, no en el hipotético.

c. La praxis se hace efectiva en el mundo de la interacción, el mundo social y

cultural.

d. El mundo de la praxis es el construido, no el mundo natural.

e. La praxis supone un proceso de construcción de significados, reconociendo este

proceso como construcción social.


La elaboración de una teoría de la enseñanza es una necesidad sentida por todos los que cultivamos el área de la Didáctica. Se preconiza una Teoría de la Enseñanza diferenciada de la Teoría del Aprendizaje, pero en estrecha relación con ella. La teoría de la enseñanza es más amplia que la del aprendizaje porque contiene mayor número de elementos. Pero dado su alto grado de inmadurez en muchos aspectos, puede caer fácilmente en una pura aplicación a la praxis de decisiones normativas procedentes de otras disciplinas o del mismo sentido común. Ahora bien, si esta teoría de la enseñanza parte de la práctica real e integra a la teoría del aprendizaje, puede servir para explicar el proceso de enseñanza-aprendizaje, cómo ocurre, qué resultados logra en unas determinadas situaciones socioculturales y personales. Hasta el punto de poder contribuir a ordenar la acción de la enseñanza, es decir, ser más normativa que explicativa.


1.4 CARACTERÍSTICAS CIENTÍFICAS, TÉCNICAS Y ARTÍSTICAS.

La Didáctica es una ciencia práctica, de intervención y transformadora de la realidad. Se ha  comprobado en los elementos comunes a las definiciones de la mayoría de los autores de nuestro país, que la consideran como una ciencia o una tecnología y algunos, como un arte. Y es que algo tiene de cada uno de estos puntos de vista.


a. Visión artística


En su dimensión de realización práctica, la Didáctica requiere de unas habilidades en sus agentes. Habilidades que se acrecientan con la experiencia más o menos rutinaria. Por medio de la tradición y de la intuición los didactas van resolviendo los problemas prácticos de cada día. Así, tienen su inspiración, por este lado, en los resultados obtenidos anteriormente, sin poder dar siempre razón de por qué sucede así. Se repiten las mismas pautas de actuación. La valoración de la dimensión práctica es indudablemente elevada y así ha de ser. Rousseau, y también Eisner (1982) y Stenhouse (1985, 44) han recurrido a la metáfora del educador como jardinero. Ahora bien, el espíritu crítico y reflexivo debe añadirse al artístico a fin de mejorar la propia práctica docente.

Aclarar en qué proporción debe intervenir el arte, la tecnología, la ciencia en la Didáctica es de crucial importancia para planificar adecuadamente la formación del profesorado. Porque repetir sin más modelos de actuación sin otra justificación que el haber funcionado en otro momento o en otro contexto no basta. Otra cosa sería, después de disponer de un buen repertorio básico de respuestas matizadas, seleccionar por medio de la reflexión cooperativa entre los diferentes agentes didácticos, aquellas que se consideren óptimas en la situación presente. Discutiendo después el resultado de su
aplicación.

En definitiva, tratar de aprovechar la experiencia del aula, incluso la que proporcionan las situaciones menos exitosas. Mediante la reflexión individual y la cooperación en grupo construir teorías que habrán surgido del análisis de la práctica de la enseñanza.

Eisner (1982, 153-155) considera la enseñanza como una actividad artística en varios
sentidos:
  •  Experiencia estética para profesor y alumno gracias a la habilidad del primero y al resultado armonioso del conjunto.
  • Actuación del artista en el curso de la acción, adecuándose al clima creado y combinando adecuadamente las intenciones previstas con los deseos del alumnado.
  •  La actividad didáctica no es rutinaria ni prescrita totalmente, sino sujeta a contingencias impredictibles. La actuación docente puede ser innovadora, apoyada en procesos reflexivos.
  • Los fines que se persiguen son a menudo creados durante el proceso. Lo que hace imposible la aplicación rutinaria y mecánica de normas, obligando a modificar fórmulas de actuación y a investigar nuevas maneras de hacer.
Esta visión artística de la Didáctica se contrapone a la actuación tecnológica donde todo está más o menos previsto.




b. Dimensión tecnológica


La naturaleza tecnológica de los conocimientos didácticos es algo aceptado por la comunidad científica sin reservas. Un conjunto de conocimientos es una tecnología si es compatible con la ciencia contemporánea y puede ser controlado por el método científico. En suma, se llama tecnología a la técnica que emplea conocimiento científico.

No hay que confundir esta dimensión tecnológica con el mero uso de artefactos o ingenios tecnológicos, sino que más bien hay que referirla a procesos orientados a mejorar la acción didáctica. Los procesos didácticos son tecnológicos en el sentido de que están provistos de un soporte teórico científico, es decir: se basan en teorías, o procesos ya comprobados y cuya validez consta. Mientras el práctico o el técnico, aun el artista, puede hacer algo bien porque ha comprobado en su práctica que así sucede aunque no sepa por qué, el tecnólogo conociendo las razones de la actuación, puede variar la respuesta porque dispone de otros modelos. Tiene capacidad de adaptación a nuevos contextos.

La Didáctica no es, no puede ser y no debe ser una mera aplicación práctica de conocimientos, principios, teorías, normas... elaborados en el seno de otras disciplinas. Aunque utiliza datos procedentes de la Psicología y de la Sociología, entre otras ciencias, también en el seno de la intervención didáctica se va creando un corpus de teorías.

Pero la actividad práctica de cada día en el aula no puede desarrollarse según un patrón tecnológico, como si todo estuviese ya previsto. Un aula, como todo conjunto o medio en el que intervenga el ser humano, no puede estar sujeta a comportamientos preestablecidos de antemano. Ante situaciones no previstas, sólo cabe la respuesta reflexiva basada en teorías científicas pero llevada a cabo en el momento con predominio del elemento artístico.



c. Carácter científico


La Didáctica cumple criterios de racionalidad científica con tal que se acepte la posibilidad de integrar elementos subjetivos en la explicación de los fenómenos. Por otra parte, posee suficiente número de conceptos, juicios y razonamientos estructurados susceptibles de generar nuevas ideas tanto inductiva como deductivamente.

Es un cuerpo de conocimientos sistemáticos por el grado de estructuración, orden y coherencia interna de sus conocimientos. El peligro de fragmentación y acumulación descoordinada de datos existe. Pero se puede admitir un razonable y creciente grado de reflexión y práctica consciente que, sustentándose en teorías a menudo explícitas, está en camino de conseguir un corpus cada vez más compacto de conocimientos lógicamente encadenados.

La Didáctica tiene un carácter explicativo. Como toda ciencia, la Didáctica explica los fenómenos que se relacionan con su objeto (el proceso de enseñanza-aprendizaje) en términos de leyes y principios que se van superando sucesivamente. En efecto, describe los fenómenos: cómo son, en qué circunstancias se dan. Y explica su esencia o razón de ser. Pero falla a veces en la claridad y en la precisión de las explicaciones. Este carácter abierto de la Didáctica se traduce en la provisionalidad de sus postulados, encontrándose con los conocimientos en continua revisión por parte de aquellos que
deben aplicarlos.

La posibilidad de verificación de los conocimientos didácticos es la característica científica más difícil de cumplir y de comprobar. A pesar de los esfuerzos realizados hasta ahora, el desarrollo de este campo ha quedado resuelto de manera insuficiente por lo general. También por ello quedará restringida la capacidad de generalización.


Se pueden resumir estos tres enfoques de la Didáctica en la figura siguiente:




A continuación algunos videos de retroalimentación: 




CONCLUSIÓN


Esta ciencia permite organizar los contenidos escolares y las actividades relativas al proceso completo de enseñanza aprendizaje, ya que integra contenidos mediante un quehacer interdisciplinario, a través de trabajo en equipo por parte de los estudiantes y emplea la investigación como principio didáctico.



BIBLIOGRAFIA 

http://corrientesdidacticas-alomes.blogspot.com/2017/03/blog-post25.html#:~:text=La%20Did%C3%A1ctica%20es%20ciencia%20te%C3%B3rico,ello%20guiado

https://recyt.fecyt.es/index.php/profesorado/article/view/43410







Comentarios

  1. muy buena información es muy completo además de muy bien estructurado, además de informativo

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  2. Muy buena información y bien estructurados, es importante conocer la didáctica desde cuando surgió y sus características para poder comprenderla y saber que tipo debemos o estamos manejando

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